La falta de una legislación que incluya mayores sanciones, la existencia de numerosos puntos para la venta de celulares usados o ilegales y la escasa acción de las autoridades policiacas y judiciales, ha ocasionado que esos aparatos de comunicación sean los objetos más robados, no sólo en la capital, sino en el país. 

De acuerdo con el director general de la Anatel, Gabriel Székely, en 2012 se tenía un reporte de 156 mil teléfonos celulares robados, cifra que creció a 600 mil para 2015 y un año después cerró en 900 mil; detalló que en lo que va de 2017 llevamos nuevamente un crecimiento importante y todo indica que superaremos el millón de registros de aparatos sustraídos, siendo estos superiores al 500 por ciento. 

Luis Wertman, presidente del CCCMX, afirmó que cambió el patrón de robo, ya que de apoderarse antes de vehículos, luego de dinero en efectivo y posteriormente de tarjetas, hoy día el artículo más robado es el teléfono celular, ya que le ha permitido a los delincuentes obtener dinero rápido con su venta, al tener tantos canales para moverlo y el bajo riesgo que tienen en lo penal, pues quien es acusado de este tipo de ilícitos puede salir rápido de la cárcel. 

Francisco Rivas, quien preside el ONC, opinó que las autoridades deben ser más eficaces en cuanto a cerrar los mercados ilegales para la venta de celulares robados. 

Fuente: La Jornada